Entrad en este ático y el primer pensamiento que os acogerá será un sentido de maravilla, que se os quedará en la cabeza hasta que os marcheís. Desde la gran terraza podreís gozar de la gran vista de los tejados de Roma antigua que nada tiene que envidiar a una postal, con monumentos y edificios en los que se encuentran Palazzo Farnese y la Cúpula de San Pedro entre otros. Doblemente espuesto (sur-este), este apartamento ""duplex"" parece tener vida propia y transmite vibraciones positivas. No podreís hacer otra cosa que sonreir mientras circulaís por los ambientes espaciosos; la amplitud de los locales, la vista y la luminosidad de la estructura os sorprendera. Tendreís dos terrazas privadas a disposición para gozaros el sol y el panorama, y donde entreteneros con románticas cenas a la luz de las velas. Espacios internos y externos se funden, transmitiendo una extraordiaria sensación de relax. Venid a verlo con vuestros ojos, os garantizamos que no querreís marcharos!. El apartamento está situado en la 4a planta sin ascensor de un pequeño edificio del siglo XVII situado en una de las zonas más elegantes y exclusiva de Roma; recientemente reformado (los trabajos de reforma terminaron en julio del 2008) y está decorado con muebles de lujo. El estilo adoptado es un misto entre contemporáneo y clásico. Su posición estratégica en una calle tránquila( Vicolo del Giglio) entre dos plazas famosas del centro de Roma (Plaza Campo dé Fiori y Plaza Farnese) os permite llegar a la mayor parte de los sitios de interés turístico en pocos minutos a pie. El apartamento está dividido en dos plantas. En la planta inferior encontramos una luminosa zona de día que comprende salita de estar y sala comedor, cocina completamnete equipada, dormitorio, cuarto de baño y terraza. Subimos la escalera y encontramos el dormitorio principal del dueño, un estudio y una terraza espaciosa. Las dos terrazas entán decoradas con flores y plantas aromáticas, que podreís utilizar para la preparación de platos mediterráneos sin preocuparos de tener que regarlas, dado que un sistema de regadío automático lo hará en vuestro lugar.
